Mis primeros recuerdos, en los que ya apuntaba maneras, fue a los 6-7 años, teniendo en cuenta que a estas edades no se tiene una noción del paso del tiempo fue con mis primeros soldaditos de plástico, junto con piezas de madera que usaba a modo de escenografía montaba batallas campales, con unas reglas que podrían definirse como un Warhammer primigenio.
Despues, cuando, a los 10-11 años, improvisé un Risk con un mapa de las comarcas de Cataluña y las fichas de los colorines eso ya creo que fue una autentica voz de alarma...
El acabose fue cuando conseguímos, yo y mi hermano, (sufridor de mis aficiones en su infancia) conseguimos hecharle el guante a al juego de NAC Segunda Guerra Mundial. Las veces que decidimos el destino de Europa en largas mañanas, y tardes (algunas veces nue

Ahí tambien fue, junto al Commodore Amiga donde también descubrí una de esas grandes aficiones que me acompañarian el resto de la vida, era un juego que se jugaba con hexágonos aunque el movimiento no era exactamente por turnos, (se hacían todo tipo de acciones simultaneas y el ordenador calculaba el tiempo que tardaba cada unidad en hacerlas) se jugaba con robots con nombres que luego empezaron a sonarme familiares, Warhammer, Archer, Spider... era un programa shareware para amiga de cuyo nombre no puedo acordarme, el caso es que estaba descaradamente inspirado en Battletech. Pero la vuelta al mundo friky no vino de ese juego, vino años despues, ya practicamente con veintiun años cuando, a principios de los noventa, agobiado por el vicio del tabaco decido que tengo que buscarme una afición para tener las manos ocupadas, por lo que me compro, primero la caja de Aerotech y, después la de Battletech. A partir mi carrera como friqui desbocado de Battletech coge un rumbo más claro.
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