lunes, 15 de diciembre de 2008

Un concierto de debutantes.


Esta tarde he asistido a un concierto en la escuela de música a la que va mi hija mayor (bueno, solo tiene cinco años pero sigue siendo la mayor de las dos) una experiencia bastante interesante si lo ves friamente, nunca he visto a tanto fervor en los aplausos de un público despues de escuchar a un chico que, más que tocar el violín parecia que estaba matando un gato. La epifania vino cuando vi como componian duos alumnos y maestros, en este video hay uno de estos duos (he puesto una grabación con animaciones en vez del video por respetar el derecho a la imagen de sus protagonistas) escuchando es evidente quien es el maestro y quien el alumno. El caso es que el maestro también fue alumno en su momento y también recibió las mismas lecciones que él aplicaba sobre su pupilo, me conmovió el profundo respeto que vi tanto en alumno como en maestro, fruto, quizás, de una camadería inducida por el amor mutuo hacia la música ( bueno al alumno se le supone porque esa interpretación más que una muestra de respeto hacia la música parece otra cosa muy diferente...) ese respeto y reconocimiento que también vi en el público, consciente de los esfuerzos del alumno, y reconocedor de los meritos del maestro. Este respeto por parte de alumnos, profesores y público (padres) es lo que hecho en falta en las noticias que me llegan periodicamente a través de prensa, radio y televisión sobre el comportamiento juvenil en las aulas. Quizás, si todos empezasemos a respearnos un poco más los unos a los otros irian un poco mejor las cosas.

No hay comentarios: